Recuerdo de Joe Brainard*

Joe Brainard (el de la izquierda en la foto), artista, escritor, escribió durante años una suerte de memoria-experimento vanguardista donde los recuerdos, y la ficción que también trae la evocación de esos recuerdos, formaron un hilado, perlas diría John Ashbery, en el cual, a través de la historia personal, creó un recuento de lo estadounidense de los años cincuenta y sesenta. Así, actores, artistas, soap operas, películas, gestos todos de un momento particular, se van engarzando desde la óptica de un testigo que miró el mundo con el afán de, por medio de sus Recuerdos, hacerlo más claro, transparente, más cercano y humano, con un particular sentido del humor. Tan entrañables se vuelven estos textos que otros escritores tomaron la misma fórmula para valerse de ella y hacer su propio recuento personal-histórico, es el caso de otro grande, Georges Perec y su Je me souviens (editado, por fin, en castellano por Berenice ediciones, editorial dirigida por Javier Fernández y traducido por Yolanda Morató). Ya Paul Auster asentaba en una nota sobre este autor: “En frases simples, directas y declarativas (Joe Brainard), crea un mapa del alma humana y altera permanentemente la forma en que vemos al mundo. Recuerdo es a la vez escandalosamente gracioso y profundamente conmovedor. Es uno de los pocos libros totalmente originales que he leído.”

Fragmentos de Recuerdo
Recuerdo cuando un chico dijo que esas hojas agrias semejantes a tréboles que comíamos (con pequeñas flores amarillas) sabían tan agrias porque los perros meaban sobre ellas. Recuerdo que esto no me impidió seguir comiéndolas.

Recuerdo la única vez que vi a mi madre llorar. Yo comía pay de chabacano.

Recuerdo cuando decidí ser un ministro religioso. No recuerdo cuando decidí no serlo.

Recuerdo a la instructora de bridge de mis padres. Estaba muy gorda y hombruna (tenía el pelo corto) y era una fumadora empedernida. Se sentía orgullosa de no tener que cargar cerillas. Prendía cada nuevo cigarro con el anterior. Vivía en una pequeña casa detrás de un restaurante y llegó a una edad avanzada.

Recuerdo pensar arrancar la página 48 de todo libro que leyera de la Biblioteca Pública de Boston, y pronto perder el interés en ello.

Recuerdo el día en que Marylin Monroe murió.

* Recuerdo de Joe Brainard saldrá publicado bajo el sello de Editorial Verdehalago (México), traducido por Rocío Cerón y José Manuel Springer.

Comentarios

kurubeta dijo…
buenas novedades literarias!

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