Spoken word poetry o la poesía hecha performance

Pasar de la dimensión de la página al suceso oral, a la dimensión del acto -combinación de ritmos verbales, acto escénico, poesía hecha palabra hablada- es la base del movimiento de los noventa Spoken Word Movement que se dio en los Estados Unidos para luego pasar a otros países de habla anglosajona como Australia. Aunque la poesía siempre ha tenido una carga oral, desde los tiempos de La odisea de Homero, pasando por los bardos y hasta nuestros días en las lecturas tradicionales de poesía, este movimiento impulsó distintas estrategias del delivery poético. En el siglo XX la entrega de poesía se realizaba de manera más práctica que la asistencia a estas posibilidades orales, la imprenta logró que los libros o los poemas impresos en plaquettes, revistas y ediciones alternativas fueran moneda corriente para acceder al poema.

El Spoken Word Movement tiene como influencias las largas tradiciones de los afro americanos y de los grupos nativos de Estados Unidos, quienes cuentan con profundas raíces en el arte de la poesía y de la narración oral de las historias, leyendas o mitologías de su pueblo. También se debe recordar el movimiento Beat que recuperó la poesía oral con tendencias a la coloquialidad o los galeses e irlandeses como Dylan Thomas y Yeats quienes hicieron grandes piezas como Thomas y su famosa lectura en radio (y en vivo) de Bajo el bosque lácteo.

Una de las preguntas esenciales de los poetas de este movimiento fue en qué momento era sólo un acto performático verbal y cuándo realmente había una carga de poesía (verdadera poesía) en el acto. Algunos de los más importantes ejecutantes de la spoken word poetry, como Maggie Estep provienen de la escritura, del poema escrito y no de una banda de hip hop o de una banda como la de King Missile de John S. Hall quien ha sostenido que el término de spoken word poetry es un término que cobija monólogos, poemas, historias, rap y que justamente es eso, su ambigüedad, lo que lo hace interesante y potente. Lo que es cierto es que ese tipo de performance poético tiene más de acción, de gestualidad y de manejo escénico que de poesía. La mayoría de los actos tienen mucho de narración y de juegos sonoros-verbales, eso y explosiones de humor, gags y dosis de poesía esporádica.

Como todo movimiento independiente del canon, el SPW se dio en cafés, bares y demás lugares alternativos y mantenía un alejamiento y desdén hacia toda aquella poesía que oliera a formol o proviniera de la “correcta academia”. El lenguaje usado era y es frecuentemente un habla coloquial, permeada por la experiencia y lo confesional. Muchos de estos autores nunca pusieron sus poemas por impreso, produjeron cd´s como única forma de documentación y de distribución. Parte de la ideología de los autores del SPW era disolver las fronteras raciales, sociales y culturales para crear experiencias verbales que pudieran alcanzar a cualquier escucha.

Tolerancia y el poder de llevar a cualquier público la poesía, ese era uno de sus grandes lemas. Y también el revelar que la poesía era y es un arte vivo. MTV fue uno de los grandes impulsores del movimiento, realizo varios Unplugged de poesía, donde muchas veces había más de show biz en movimiento que poesía. Los poetas eran más entretenedores que autores. Hoy en día el movimiento continúa y existen ya cafés y bares legendarios en los que se da ahora un nuevo fenómeno el Slam poetry en donde, en una especie de Death match o máscara contra cabellera poético, los poetas son lanzados al escenario para que realicen sus actos “perforpoéticos” y el público es quien, a través de aplausos, gritos, mentadas de madre y hasta botellazos, decide quién es el ganador de la sesión.

En América Latina también se ha desatado un fenómeno parecido en los últimos años. Si ya existían algunos poetas como la chilena Cecilia Vicuña quien hace una suerte de performance-poético-ritual con sus poemas (en los que combina español, inglés y algunas palabras mapuches y de otras lenguas indígenas) los cuales canta, guturaliza, lee o silabea o las lecturas “tradicionales” de Raúl Zurita, poeta también chileno, quien carga de una engolada emotividad sus lecturas, los poetas, sobre todo de América del Sur, han cobrado conciencia que para atraer al público la entrega de la poesía puede ser más performática, más activa en el sentido escénico. Prueba de ello lo fue el Cabaret Voltaire, comandado por la poeta argentina Romina Freschli, en donde durante los primeros años del siglo XXI se dieron cita cuantiosos poetas tanto argentinos como de otros lares de Latinoamérica para leer, performear, desnudarse y leer o hacer cualquier cosa que, se suponía, era poesía. Se dice que el público era de lo más bravo y que varios salieron descalabrados gracias a los botellazos de cerveza recibidos. Chile, como Argentina, también ha visto algunos buenos exponentes de la poesía performática como Gustavo Barrera, poeta nacido en la década de los setenta, quien, con varios libros publicados en su haber, decidió hacer de sus poemas un elemento para presentaciones performáticas en donde la música electrónica, la acción y la instalación servían de acompañantes a sus poemas.

En México poco sucede a este respecto, uno de los pocos proyectos que se han hecho para intentar cambiar el clásico delivery poético de las lecturas de mesa con paño verde y botella de agua ha sido el Cd de música electrónica y poesía contemporánea “Urbe probeta” en donde 14 poetas trabajaron con sus respectivos músicos para lograr una combinación o hermandad transdisciplinaria. Sin embargo, los poetas en México tienen poca o nula relación con el manejo verbal y el manejo escénico (uno de los pocos que logra hacer lecturas performáticas exitosas y con buena poesía es el poeta regiomontano José Eugenio Sánchez).

Quizá el Spoken Word Movement tuvo mucho de exceso y poco de poesía como sus retractores han asegurado, sin embargo es claro que pusieron a la poesía en la mira de diversos públicos que la habían dejado de lado. En el último encuentro realizado en Buenos Aires, Argentina de poetas jóvenes, Salida al mar, la norma eran lecturas insufladas por un aliento muy perfomático donde el poeta era sumamente conciente de su presencia escénica y de su manejo verbal-oral para seducir al público. La lectura de muchos de esos poemas en el libro dejaba atrás la primera sensación de haber escuchado un gran poema. Había mucho de acción casi teatral y escasa poesía. Entonces, las preguntas se abren ¿cómo lograr que las lecturas de poesía y sus ejecutantes, es decir, los poetas, vigoricen su potencia oral y escénica sin caer en facilismos? ¿Dónde radica la buena poesía? ¿Cómo crear un delivery poético fuerte, potente sin que caiga en lo solemne ni en el acto perfomático gratuito? Si la poesía tiene una larga tradición oral, los poetas contemporáneos deberán generar acciones reales de supervivencia. Una supervivencia que no sólo sea la de la escritura de un poesía auténtica y potente, donde se encuentre trasminado el aire de los tiempos que corren, sino una poesía que alcance, a través de su oralidad y de sus relaciones transdisciplinarias, una manifestación que incite al escucha-lector-espectador a quedarse en el centro del torbellino de la poesía misma.



Rocío Cerón es poeta y coleccionista de extraños enseres verbales. Tiene publicados los libros de poesía Basalto, Litoral y Soma. Su último libro Apuntes para sobrevivir al aire refrenda su pesimismo ante el mundo “correcto”.

Comentarios

Comunn dijo…
Te felicito por el artículo, quiero contarte que aquí en Chile, específicamente en el cerro Huelén ex Sta. Lucía se reúnen cada noche de luna llena a las 21.00 hrs. poetas y público en general para escuchar o aullarle poemas a la luna http//www.Lanzadera.com/lasdoslunasllenas
Además esta compañía de poesía se reúne miércoles por medio en el Barsil Avda. Brasil 556 Stgo. desde donde trasmite la radio virtual denominada Radio Manini con algunas presentaciones poéticas y micrófono abierto, la próxima será el miércoles 30 de noviembre ambas actividades son con entrada liberada y abierta a todo público con criterio deformado.
Chao
http://genaroalbaino.blogspot.com
nohaypoema dijo…
hola rocío: muy interesante y amplio tu texto sobre SWP. Cuando hablas de que en Salida al mar había "mucho de acción casi teatral y escasa poesía", me pregunto si la poesía desde finales del siglo XIX no ha sido justo eso: dramatización. No sólo me refiero a Pessoa, creo que la frase de Raimbaud: "je suis le autre" es definititoria en este sentido.
ángel dijo…
Muy buen artículo en tu espacio que, junto con tu trayectoria enunciada, voy descubriendo. Me alegra haber llegado a este blog tuyo.


Saludos...
Anónimo dijo…
Hola!

muy buena la nota sobre spoken word... el otro dia me colgue con este programa de radio: http://elmonteanalogo.blogspot.com/
me parece muy interesante y divertido

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